Juan Carlos Unzué nació un 22 de abril de 1967 en Pamplona (Navarra), y es conocido por todos principalmente por su etapa como portero en el Sevilla.
Fue un portero muy completo que no destacaba en ninguna faceta por encima de los demás, pero el ser tan completo, le hizo ser uno de los mejores porteros de su época.
Unzué se crió en la grandísima escuela del CA Osasuna, pasando por todas sus categorías y llegando a debutar en primera con tal solo 20 años en la temporada 86/87. Con el equipo pamplonés, disputo dos temporadas jugando asiduamente como titular hasta que fue fichado para el FC Barcelona.
En “Can Barsa” permaneció otras dos temporadas, siempre a la sombra del grandísimo Andoni Zubizarreta, aunque esta vez de suplente hasta que en la temporada 90/91 decide marcharse al Sevilla FC. Con el equipo catalán, se alzó con la Recopa de Europa de 1989 y con la Copa del Rey de 1990.
Con el equipo de Nervión, disputó la nada despreciable cifra de 222 partidos en primera, algo que le hizo consolidarse como un grande de nuestra liga y ser conocido por todos.
Tras 7 temporadas con los sevillistas y después de haber disputado dos ediciones de la Copa de la UEFA, donde llegó a alcanzar los octavos en la temporada 95/96, decidió poner rumbo a las Islas Canarias, concretamente al Tenerife.
Con los isleños disputó otras dos temporadas hasta que el Real Oviedo decidió llevárselo a Asturias para poder seguir con su última gran época dorada, aunque esto no puedo ser y tras dos temporadas con los ovetenses, estos descendieron de categoría y el portero decidió volver a sus orígenes con el Osasuna.
Vuelve en la temporada 2001/2002 al equipo que lo vio nacer y en el verano del 2003 decide poner punto y final a una muy buena carrera futbolística.
Tras colgar los guantes en el verano del 2003, Frank Rijkaard lo reclamó para que se ocupase de la preparación de los porteros del primer equipo culé. Después de que el holandés se marchase del Barsa, Guardiola decidió seguir contando con él hasta que en la temporada 2010/2011 decide dar el salto a los banquillos para entrenar al Numancia en segunda división.
Tras la finalización de esta última temporada y consiguiendo una mediocre 10º posición, decide volver a Can Barsa a seguir desempeñando su puesto de preparador de porteros.
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